Con el cambio horario, el domingo 30 de marzo, todos nos levantamos una hora más tarde, atontados, sin dar pie con bola.
Bueno, todos menos tres valientes: Andrés, Isa y Charo, que madrugaron para ir desde Alcalá a Marchamalo, Guadalajara, para correr y animar (de momento, respectivamente) la Media Maratón, soportando un viento de mil demonios.
Valeis un potosí.